Cómplices
Todos somos cómplices de los hechos que desencadenan nuestras acciones.
Para lo bueno y para lo malo somos responsables de nuestras decisiones, y no hay mayor villanía que la de «escurrir el bulto», la de mirar hacía otro lado poniendo cara de «yo no sabía».
Y todo cómplice es responsable.
El pueblo venezolano es responsable de su propia desgracia.
De ellos es la culpa de haber dilapidado una situación económica boyante.
Sus decisiones votando a una pandilla de ineptos populistas les ha llevado a la quiebra total en la que ya no hay productos que comprar porque la producción interna no existe y el hambre y la necesidad anda ocupando las casas.
Y hambre y necesidad… de las de verdad, de esas en las que no es que no se pueda comprar porque no hay, si no de las que no puedo comprar, porque no hay nada que comprar.
La primera se puede solventar con mejoras sociales.
Para la segunda no hay fácil solución.
Grecia a optado por el mismo camino.
Probablemente a finales de marzo lleguen a la misma situación… tal vez tengan suerte y sobrevivan algunos meses mas.
Los griegos son los únicos responsables de lo que les espera.
No es políticamente correcto decirlo, pero es la verdad.
El pueblo alemán fue cómplice del nazismo.
Se dejo llevar… y millones de personas murieron en todo el mundo en la mayor insensatez de los tiempos.
¿Escusas?
No sabían. No creían que… si hubiesen sabido. Ellos no…
¡Qué más da!
Fueron cómplices de la barbarie.
Es lo que tiene la ignorancia.
Hace sonreír a los malnacidos, mientras escuchan corear al pueblo aclama sus consignas populistas.
Nadie juzgo a los que aplaudían y vitoreaban a los nazis.
Tal vez el mundo era distinto. Hace mucho tiempo de eso.
Pero… ¿habría que juzgar a los que hoy dan su apoyo a regímenes totalitarios?
Son culpables los que vitorean y apoyan a gobernantes declaradamente hostiles con parte de la su país.
SI.
SON TAN CULPABLES COMO LOS QUE SOMETEN.
Y hay que fijarse bien en sus rostros, y espetarles en la cara la verdad.
Hay que mirarles a los ojos y decirles tranquilamente.
Eres un hijo de puta. Un malnacido. Un ignorante de mierda.
Eres un maldito cómplice de los que señalan con el dedo a judíos, a opositores al régimen, a rojos o azules, a parias o a casta.
Mira, imbécil, es sencillo. AQUÍ CABEMOS TODOS… O NO CABE NI DIOS.
Un hombre honesto quiere gobernar para todos. Sin distinción.
Un dictador sólo para los suyos.
España no es la Alemania de hace 80 años.
España no es Bolivia ni es Venezuela.
España no es IRAN.
España no es Grecia.
Entre la gente honesta no hay lugar para nazis, bolivarianos, chavistas, maduristas, podemistas o gentuza similar.
Hemos recorrido mucho camino.
Recordamos sus caras y no olvidamos.
Tenemos un limite, y cuando lo rebasamos, miramos a la cara a los borregos,
a los que corean consignas anti todo,
a los comparsas indignados,
a los que nos intentan vender populismos baratos,
a los que aplauden a fanáticos que solo quieren derribar lo que entre todos hemos levantado….
y… les miramos, y no nos tiembla la voz cuando les sonreimos y decimos
MUÉRETE MALDITO HIJO DE PUTA
,
Deja una respuesta